(escrito marzo 2024)
Hace prácticamente una año, el 27 de marzo para ser preciso, un acontecimiento transtornó nuestra vida familiar y social.
Un episodio de hipertensión incontrolable nos llevó a la sala de urgencias de una clínica del IMSS, la experiencia no es agradable en ningún sentido pero es justo reconocer que la pronta atención del personal médico y de enfermería del hospital nos dio otra oportunidad.
Las limitaciones en el sector salud eran, son, muchas todavía pero del control de la emergencia, el electrocardiograma inmediato y la búsqueda de un tomógrafo en una clínica cercana, a la que los llevaron en ambulancia al día siguiente de nuestro ingreso, no me permiten otra cosa que no sea agradecer.
Seguirán las críticas al sistema de salud pero creo, sinceramente, que la revolución de las conciencias en las que estamos inmersos nos obligan a comprender que al inicio de este sexenio el desmantelamiento del sector no era sólo grosero, era inhumano.
No soy ingenuo, sé que pasarán muchos años antes de contar con los servicios médicos que merecemos pero sé también que en este, como en muchos otros aspectos de la vida pública, el primer gobierno de la transformación ha sentado las bases para la construcción de un futuro mejor, será tarea del próximo gobierno dar continuidad al trabajo iniciado.
Por salud para todos, la cuarta transformación va