2024: El verdadero Grito de los Libres es con AMLO

Este 15 de septiembre de 2024, el Presidente López Obrador encabezó lo que fue su último Grito de Independencia, el verdadero Grito de los Libres, que superó las expectativas de todos quienes fuimos testigos, abarrotando el Zócalo para verlo por última vez, entre lágrimas de felicidad y de tristeza, al tomar esta ceremonia como despedida.

Aquí les dejamos una galería que refleja lo que se vivió esta histórica noche.

¿Cómo va la entrega de pensiones del Bienestar? Aquí te contamos

Una de las características de este gobierno, es la cobertura de pensiones y becas para la gente menos favorecida. Con ello, el Presidente López Obrador cumplió ampliamente su lema de campaña: “por el bien de todos, primero los pobres”, y de paso demostró que ayudar a quienes menos tienen, redunda en un beneficio para todas y para todos.

Aquí te mostramos cómo va el trabajo de la Secretaría del Bienestar.

AMLO y la vida pública de México

Quienes apreciamos a AMLO nos hemos ido sumando a su movimiento desde hace más de una década.
Su forma de hacer política, tan poco convencional para los tiempos en que empezó a hacerla, le pusieron un reflector encima que solo fue opacado a lo largo de todos estos años, por la luz propia del tabasqueño, al que no le preocupó ser quien era, hablar “mocho”, “comerse” las eses, usar términos “pueblerinos”… todo aquello que se veía mal en un político, que debía ser casi un virrey, refinado…
Andrés Manuel vino a romper esquemas, pero no sólo el de la imagen presidencial, sino también en la forma de hacer comunicación política.
El Presidente da contenido hasta para las revistas del corazón, pero sin descuidar los medios políticos, sociales, económicos, etc.
Y es muy normal que ahora estén asustados los que estaban acostumbrados a que todo fuera como antes, “como debe ser”. Sus esquemas son demasiado rígidos, acartonados, no alcanzan a comprender que el Presidente más querido en la historia de este país, lo es justamente por haber roto esos esquemas, por demostrar que un Primer Mandatario puede ser sensible, empático y trabajar desde temprano y hasta tarde, más de cinco días a la semana. O sea, puede ser como cualquier otra persona con un trabajo común.


Para hacer su trabajo, el López Obrador no necesita parafernalia, no necesita guaruras. Hoy, en México, el Presidente es un hombre común, con una visión de Estado mucho más amplia que la de cualquier integrante de la derecha, y la diferencia radica justamente ahí: mientras que Andrés Manuel va más allá, sin miedo a los cambios, es el conservadurismo el que le teme a mover algo, y prefiere acoplarse a lo que ya está hecho, fusionarse con esa retórica arcaica, encontrar lo mullido de la podredumbre en vez de limpiar el espacio; la derecha le tiene miedo a lo desconocido.
Hoy, López Obrador nos deja la vara muy alta, no solo a los presidenciables o funcionarios públicos, sino a nosotros, a la sociedad que conforma esta gran nación.
Hoy tenemos la responsabilidad de seguir construyendo y reconstruyendo el espacio público, el entorno, la vida pública, y justo ahí está la responsabilidad de todos, incluso del conservadurismo, porque para que una nación crezca, se necesita una oposición pensante, ni siquiera digo que grande, simplemente capaz de entender cuál es su papel, retomar con responsabilidad su cargo de representante de ese conservadurismo y, lejos de seguirlo engañando con historias de terror, se dé a la tarea de construir una propuesta política que le dé un poco de futuro.