¡Viva México!

La noche del 15 de septiembre había sido tradicionalmente una ocasión para que los mexicanos sacaran del ropero el nacionalismo, los trajes típicos y música de marichi y para olvidar por unos momentos las ofensas del poder político.

Ir al Zócalo de la ciudad, de cualquier ciudad, o a una fiesta de “noche mexicana, a gritar “viva México ” era sin duda un ejercicio catártico en la segunda mitad del siglo XX y hasta bien entrado el XXI.

Si bien el gobernante en turno no se salvaba de los silbidos vengadores, al pueblo le importaba únicamente vivir, así fuera un solo día, su mexicanidad.
Durante los sexenios del usurpador y el presidente ilegítimo, fecal y peña, los agravios al pueblo eran tan grandes que la los reclamos se antojaban incontrolables y, entonces, el Zócalo se llenó de miembros de las fuerzas armadas y sus familiares y para ingresar a la plancha hasta los menores de edad eran sometidos a exhaustivo cateo.

El sexenio del primer gobierno de la 4ta transformación trajo consigo muchos cambios, incluida la participación en estos festejos.
Asistir al Zócalo no era ya sólo un ejercicio de liberación, se trató desde 2019 de reiterar el apoyo al líder que habíamos llevado a Palacio y tampoco estas manifestaciones de apoyo eran nuevas, ya habíamos tenido el grito de los libres durante la usurpación de la Presidencia

Para 2020, el grito fue silencioso y la alegría opacada por la tristeza que provocó el luto inesperado en miles de hogares mexicanos por la irrupción del COVID 19

Y pronto, sin darnos cuenta, llegamos al año 2024.
El último grito de independencia encabezado por un hombre sin máscaras, un amante de la Patria y solidario hasta lo indescriptible. Era sí, el festejo de la independencia recuperada y el renacimiento del orgullo nacional pero es también el momento del adiós.
Celebramos también los logros del gobierno del movimiento de regeneración nacional, las grandes obras de infraestructura, los programas sociales que reinvindican y redignifican, el triunfo electoral de 2024 con la llegada de la primera mujer presidenta y, por qué no decirlo, la promulgación del decreto que reforma el anquilosado poder judicial.

No estuvo solo, no está solo y nunca estará sólo porque Es un honor estar con Obrador.

Juntos hicimos Historia

VIVA MÉXICO!!!

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